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miércoles, octubre 15, 2014

La obsolescencia programada, aplicada a los Iphones



N. de la R.: Hoy 15/10 es la fecha señalada para la presentación del nuevo Nexus 6, el dispositivo que Motorola fabrica para Google. Hay gran expectación por conocer los detalles oficiales del nuevo Nexus 6. En tanto, Lenovo Sisley, terminal Android, es una copia desvergonzada del iPhone 6. Solo les faltaba el botón Home y el conector propietario de Apple. También lo hicieron Samsung y Xiaomi. Apple marca la tendencia. Pero que no se le vaya la mano...
 
 
La historia siempre se repite: el impresionante iPhone comprado la misma semana de su lanzamiento funciona más despacio con cada nueva actualización, aunque solo hayan pasado dos años desde su estreno. ¿Un fin de ciclo normal? ¿Acorta Apple la vida de sus móviles? ¿O son solo paranoias de los usuarios?
 
Con cada nuevo iPhone se leen teorías casi conspiranoicas sobre la obsolescencia programada de Apple, y de cómo la empresa fuerza a los consumidores a renovar su terminal aunque este todavía funcione. De hecho, un profesor de Harvard descubrió gracias a Google Trends que hay un pico en las búsquedas de “iPhone lento” cada vez que sale un nuevo modelo.
 
La solución a este fenómeno es sencilla: cada nueva versión de iOS tiene más novedades, requiere más espacio y utiliza más recursos del sistema. Al estar optimizado para el último modelo de iPhone, no funciona igual de bien en sus hermanos mayores, menos potentes.
 
Cuestión aparte es saber si esto es un mero efecto secundario del progreso tecnológico, una táctica deliberada de Apple o una mezcla de ambas. “La obsolescencia programada es la naturaleza de la evolución tecnológica”, escribía el redactor especializado en tecnología de The Wall Street Journal, Christopher Mims.
 
El problema es que Apple no informó a los usuarios de iPhones 4S de que iOS 8 podría hacer que sus móviles funcionaran peor. Y en muchos casos fue así, como se podía comprobar dando un paseo por Twitter cuando salió la actualización. “Esos teléfonos no están rotos, Apple los rompió con una actualización de software”, aseguraba Mims cuando apareció iOS 7. Esto demuestra que la polémica no es nueva, y que la compañía nunca avisa de los riesgos.
 
Las aplicaciones agravan este inconveniente. “Apple empuja a los desarrolladores a diseñar apps que solamente funcionen en el último sistema operativo”, explica el fundador de Primate Labs, John Poole, a The Huffington Post. El experto asegura que la compañía les proporciona herramientas que solo son compatibles con la última versión de iOS.
 
Al final, según Poole, el mismo Apple se ve obligado a elegir entre crear un sistema operativo que funcione en smartphones antiguos, o uno innovador que explote las últimas mejoras tecnológicas. Y de camino fuerza a que los usuarios obtengan las nuevas versiones si quieren experimentar nuevas características y disfrutar de sus aplicaciones, aunque sus terminales no estén preparados para resistir la instalación.
 
La solución: no actualizar sin pensar
 
¿Cómo saber cuándo empezará a ralentizarse un iPhone? “Los modelos que tienen un año, los más cercanos a la última generación, funcionan bien al actualizarse al último sistema operativo” asegura el redactor de electrónica Mike Gikas, que ha analizado cada iPhone aparecido hasta el momento, a The Huffington Post. Según estas palabras, el modelo 5S sería el único junto al 6 capaz de resistir iOS 8.
 
Para el consumidor, esto se traduce en un dilema: no descargar las últimas actualizaciones –que mejoran la seguridad, incluyen nuevas características y permiten seguir usando las aplicaciones–, o resignarse a que su smartphone funcione peor. O directamente comprar un nuevo móvil.
 
Pero esto no significa que sea imposible tener un iPhone de más de un año con un rendimiento normal, ya que siempre existe la opción de no actualizarlo. Mims nunca instaló iOS 7 en su iPhone 4S, y asegura que no tiene intención de instalar iOS 8 en su actual 5S: “Solo hay que actualizar a la nueva versión cuando las aplicaciones dejen de funcionar en la anterior”, advierte.
 
Todos estos fallos de software, intencionados o no, son una buena noticia para las empresas de telefonía. Según datos de Recyclia, los españoles cambian de móvil cada 18 meses, mucho antes de que hayan cumplido su vida útil. Por otro lado, el tiempo desde que sale un smartphone hasta que un nuevo modelo lo deja obsoleto se ha reducido en un 30% desde 2010, aunque Apple es la compañía que más tarda en reemplazar una gama, con una media de algo más de un año.
 
A pesar de ello los consumidores no escapan a su porción de culpa. La obsolescencia estética, causada por la psicología de los usuarios, provoca que productos todavía funcionales sean sustituidos por considerarse, subjetivamente, fuera de moda. Quizá la primera pregunta que haya que hacer antes de cambiar de móvil es si es posible ser feliz con móvil antiguo y un sistema operativo desactualizado, al menos durante unos meses más.

 VIA U24