Pasar de oír la inconfundible voz de Whitney Houston en las décadas de 1980 y 1990, a ver su cuerpo adelgazarse y su voz deteriorarse en los últimos 10 años fue una experiencia impactante para todos sus fanáticos.
Su serena imagen, que se iluminaba al entonar esa voz majestuosa, se vio trastocada en los últimos años de su carrera y se convirtió en el guión de una historia de suspenso que invadió las portadas de los periódicos sensacionalistas.
Houston nació con unos genes musicales inusuales: era hija de la cantante de gospel Cissy Houston, prima de la diva del pop en la década de 1960 Dionne Warwick y ahijada de la legendaria y reina del soul Aretha Franklin.
Desde que tenía cinco años, Houston estaba entonando canciones de gospel en New Hope Baptist Church, una iglesia cristiana en New Jersey.
Pasó su niñez haciendo las segundas voces de artistas como Chaka Khan y Lou Rawls, así como las de su madre.
El ascenso
Pronto fue motivo del interés de Clive Davis, dueño de Arista Records, un bar en Manhattan, y, a los 19 años, ya se podía considerar una artista de reconocimiento.
Davis solo dejó que los compositores más prestigiosos hicieran parte del equipo que produjo el primer álbum de Houston, "Whitney Houston". Cuando fue lanzado, en 1985, se convirtió en el disco más vendido de un artista debutante.
Dio con diferentes éxitos, varios de los cuales ganaron premios Grammy, como "Saving All My Love for You", "How Will I Know", "You Give Good Love", y "The Greatest Love of All".
Houston se dio el lujo de ser más exitosa que los Beatles, al tener siete veces consecutivas el sencillo número uno de las lista estadounidenses.
El peor demonio soy yo. Puedo ser o mi mejor amigo o mi peor enemigo."
Whitney Houston en entrevista con Diane Sawyer en 2002
En 1987 sacó un nuevo álbum, "Whitney", donde se encuentran las célebres canciones "Where Do Broken Hearts Go" y "I Wanna Dance With Somebody".
Para finales de la década de 1980 ya se había convertido en una de las cantantes de soul más exitosas de todos los tiempos: para ese entonces, había vendido 100 millones del discos alrededor del mundo.
Su poderosa voz, y sobre todo el hecho de que lo hiciera sin esforzarse, también la llevaron a ser actriz de Hollywood.
En 1992 fue la protagonista de El guardaespaldas, la cinta también protagonizada por Kevin Costner que dio con la inimitable "I Will Always Love You", un cover de Dolly Parton.
"Whitney" fue el álbum del año en los premios Grammy y se mantuvo en la cima de las listas durante varias semanas.
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