PARADISE LOST
Esta banda inglesa, en sus comienzos cultores del doom metal, inició su carrera en Halifax en 1988. Originalmente compuesta por Nick Holmes en las voces, Gregor Mackintosh en la guitarra principal, Aaron Aedy en la guitarra rítmica, Stephen Edmonson en el bajo y Matt Archer en la batería, Paradise Lost, quienes tomaron su nombre de la famosa obra de Milton, Paraíso Perdido, grabó en 1989 un par de demos (“Drown in Darkness” y “Frozen Illusion”), antes de firmar con Peaceville Records para editar su álbum debut, “Lost Paradise”, a comienzos de 1990, el que por la línea gruesa podía ser pariente cercano de producciones hechas por bandas death metal americanas tales como Death, Obituary o sus mismos compatriotas Napalm Death.
En constante búsqueda de una evolución y de una identidad sonora que los caracterizara, Paradise Lost exploró nuevas facetas en el siguiente disco, “Gothic” (1991), donde consiguieron un sonido que los identificaba sobre el resto de sus competidores, gracias a su oscura producción y a sus exquisitos arreglos orquestales. Para la escena grindcore, este quinteto ya era innovación pura con inclusión de voces femeninas, teclados y sobretodo guitarras que no se perdían en la mezcla. Notable era la proyección estilística de Paradise Lost que le hacía honor al nombre de su placa y se traducía en la política de tocar a una velocidad más moderada. Con el material necesario y luego de una gran gira por Europa, la cantidad de fanáticos de la banda aumentó dramáticamente, despertando además el interés de la compañía Music For Nations, con quienes firmaron para lanzar su siguiente disco “Shades Of God” en 1992. Este disco, producido por Simon Efemy, es considerado por muchos como lo más grande que Paradise Lost ha hecho en su carrera, presentando increíbles riffs, quiebres acústicos y un nivel de composición muy alto, que los separó de la estricta categoría death metal llevándolos a la consecución de un estilo propio indefinible
Sin tiempo para dormirse en los laureles, Paradise Lost comienza una increíble serie de shows que agotaban las localidades y que tuvieron su momento cúlmine cuando actuaron ante más de 30.000 personas en el Festival Dynamo Open Air en Holanda. Más tarde en el mismo año aparecía un EP llamado “As I Die”, que confirmaba el creciente éxito de la banda y que utilizaba la misma exitosa fórmula de su antecesor, con Efemy en la producción y el arte de la carátula en manos de Dave McKean. Se hizo mucho ruido a partir de los comentarios positivos que hacían de ellos sus pares americanos como fue el caso de Metallica. Después de una nueva y comentada gira, que los llevó a tocar en lugares como Israel, Polonia, Grecia, Slovenia y Checoslovaquia, la banda lanza su cuarto álbum de estudio, “Icon”, otra vez explotando la fórmula de Simon Efemey. Este álbum marca el fin de la era death metal de Paradise Lost, convirtiéndose en una obra maestra del metal gótico y cimentando las bases de su éxito comercial, confirmado por una extensa gira junto a Sepultura.
Para volver al estudio eligieron, nuevamente, el lanzamiento de un EP llamado “Seals Of The Sense”, el que llevó a la banda a promocionarlo en importantes festivales en 1994. Dentro de éstos estuvo el show más grande que la banda hizo en su historia, ante más de 70.000 fanáticos en el Festival Rock In The Ring en Nuberg, Alemania. Al final de 1994 el baterista Matt Archer deja la banda siendo reemplazado por Lee Morris, un cambio que casi no se notó en el siguiente disco de la banda, “Draconian Times” (1995), el que en su mayoría ya estaba escrito y grabado antes de su llegada. Si bien este disco no puede considerarse como una decepción, el constante cambio iniciado en sus anteriores discos venía acercándolos cada vez más a una forma de metal muy comercial, alejándolos un poco de sus mejores tiempos creativos. Sin embargo, de todas maneras “Draconian Times” está lleno de melodías oscuras, guitarras pesadas e inspiradas letras, tal como se demuestra en ‘Enchantment’, donde la melodía es una abierta provocación a la imaginación.
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