El capocómico rosarino murió al caer desde el balcón de un piso 11 del edificio marplatense Maral 39. Como legado quedan en la memoria "El capitán Piluso", "No toca Botón" y tantos otros éxitos.
El capocómico rosarino Alberto Olmedo fue sorprendido por una muerte trágica el 5 de marzo de 1988, casi al mismo tiempo en que la popularidad de sus criaturas televisivas borró su nombre de pila y lo eternizó en la memoria de la gente como el "Negro".
La sonrisa rea de Olmedo este año cumpliría 80 años -el dueño de esa marca registrada de la escena nacional nació el 24 de agosto de 1933- si una caída fatal desde el balcón de un piso 11 del edificio marplatense Maral 39 no l hubiera mandado directo al arcón de los mitos.
La vida del "Negro" ya desde sus comienzos pareció tener cierta impronta de leyenda, en la cual la vocación artística impresionaba derrotar a trompadas a la pobreza y al abandono.
Alberto creció sin padre, con una madre laburadora llamada Matilde Olmedo quien se ocupó de que él asistiera a la primaria nocturna, mientras el entonces chico trabajaba de "cualquier cosa", con el escenario de un barrio rosarino marginal como telón de fondo.